Pascuala López Cano. Historia recogida por Alejandro Salmerón Ríos
La vida en Cieza antiguamente se realizaba en la calle ya que las personas se relacionaban más debido a que no existían tantos avances tecnológicos como ahora, por lo que las personas, sobre todo las mujeres, ayudaban a sus casas haciendo “lías”, una labor del esparto, donde se trenzaba, se pelaba y se entregaba el esparto, algo por lo que les pagaban muy poco. Las mujeres se agrupaban y pasaban las tardes haciendo lías y escuchando novelas en la radio.
Imagen cedida por el Club Atalaya / Ateneo de la Villa |
Los niños y niñas también jugaban a muchas cosas en la calle como a las chapas, al zompo, las canicas, el cuartete, también cogían una hoja de palera a la que le ponían un palillo y tenían que encontrarlo.
Cieza era una ciudad espartera y muy pocas personas eran las que podían tener la oportunidad de estudiar.
Años después, al llegar el televisor a Cieza y a las casas, las personas se quedaban más en las casas, ya que era la novedad, y las personas que no tenían tele en casa se juntaban en grupos con amigos para verla o desde una ventana.
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